HIXAM II RELEGADO POR ALMANZOR


Los destinos fueron favorables a Ibn Abi Amir en su administración de la hacienda, tuvo amplios poderes, se ganó la adhesión del ejército, vino a ser el verdadero imperante y dueño del gobierno, se hizo canciller de Hixam II, se dio el título de “al-Mansur” y mantuvo el respeto del pueblo. Todas las regiones de España le obedecían, ni una sola se alzó contra él a causa del gran temor que les inspiraba, y mejoró la administración del estado. Entraba y salía del alcázar y con sólo decir “el emir manda tal cosa y prohíbe tal otra”, nadie contradecía sus palabras, ni se oponía a su acción. Cuando salía a campaña contra los cristianos, confiaba a Hixam al cuidado de quienes le impidiesen conversar o manifestarse en público y prohibiesen a todo el mundo entrar a presencia de aquel, hasta que él volvía de su expedición. De años en años, le hacía montar, le imponía una caperuza, revestía a sus doncellas con caperuzas semejantes, a fin de que entre éstas no fuese distinguido por el público a distancia de aquel, hasta que llegaba a Madinat al-Zahra o a otro de los sitios de recreo. Después de hacía volver al alcázar de la misma forma. Ni tenía Hixam de la realeza otra cosa que la invocación de su nombre sobre los púlpitos en la oración y su inscripción en las monedas y banderas.

Nihayat al-Arab

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